¿Puede una música sencilla expresar a cabalidad la soledad?
En la cultura occidental los conceptos
suelen ser pobres en el imaginario popular
y en los actos de las personas.
La simple palabra soledad produce miedo. Soledad entre multitudes.
Cuando se habla de Erik Satie suele decirse que era un hombre extravagante, solitario, pobre. Que murió sin amigos, solo como un perro.
Cierto, fue pobre. Pero la suya era una soledad de soledades.
Quienes estuvieron con él, junto a la cama del hospital parisino donde falleció en 1925, es decir, sus amigos, derriban por tierra la leyenda: fue un guerrero todo el tiempo, hasta el último momento. No dejó de sonreír.
Lento y suave, lento y triste, lento y doloroso. Tres piezas, tres títulos.
Las Gimnopedias enamoran. Propician romances verdaderos.
Son lo contrario de la soledad. O, mejor: expresan la virtud de quien desarrolla la capacidad de estar consigo mismo. De amarse, y por ende amar a los demás.
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Gymnopédie No. 1 +
Gymnopédie No.2 +
Gymnopédie nº 3
Pablo Espinosa
(REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO)